lunes, 10 de noviembre de 2008

SGCI 0089 CV10N - 08:59:14 - 111008

Sala XX de la sede de Naciones Unidas. Ginebra.

Después de subir y bajar varios tramos de escaleras a lo largo de un pasillo con la puerta de los lavabos a la izquierda y cuajado de alarmas de incendios, llegas por fin a donde querías desde que comenzó la visita dos horas y media antes. Es una puerta normal y corriente, tirando a estrecha, que en absoluto anuncia lo que vas a encontrarte cuando la cruces. Lo primero que sorprende es la cantidad de gente que mira hacia arriba. Imitas el gesto y a medida que tus ojos se acostumbran a la escasez de luz empiezas a reconocer figuras (incluso puedes leer sus nombres) en la bóveda, y buscas aquellas que confirmen que estás donde crees que estás. Si tienes (buena) suerte, encuentras sitio en el banco continuo de mármol de los laterales. Escuchas voces de autoridad y a gente levantándose del suelo, algunos desde tumbados.También reconoces algunos de los frescos del cuerpo intermedio de las paredes hasta que caes en la cuenta que allí debería estar... Y lo ves. Has entrado por debajo del infierno y has bajado los escalones sin darte ni cuenta por lo absorto que estabas buscando profetas, sibilas y alegorías y llevas todo el tiempo dándole la espalda al fresco más acojonante de la historia de la pintura. Lo recuerdas de la tele y los libros, pero estar allí delante... Sólo te salen palabrotas y eso que estás pisando suelo sagrado, pero piensas que si Dios estuviera allí delante de esos 180 metros cuadrados por primera vez y en tu misma situación soltaría el Gran Taco.

Bautizada por el Presidente Rodríguez como la Sala de los Derechos Humanos o de la Alianza de Civilizaciones, la sala XX de la sede de NU en Ginebra es, para el Ministro Moratinos "la Capilla Sixtina del siglo XXI". Una bóveda multicolor a base de zambombazos de resina y manguerazos a chorro. 1.400 metros cuadrados y 35.000 kilos de pintura con los que el performer Miquel Barceló ha culminado la ejecución del proyecto encargado por la Fundación Onuart (presidida por el ministro y con un 60% de capital público y 40% privado) considerado como "una nueva manera de hacer diplomacia y política exterior" (Moratinos Pixie y Dixie).

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu descripción. Cuando dices "imitas el gesto" en referencia a los que están mirando al techo, ¡qué razón tienes!. Son esas pequeñas cosas en las que no caemos que hacemos y tienes que leerlas para darte cuenta, jeje.

Buen día,

Claro

Bomarzo dijo...

Hay que tener mucho cuidado con eso de la "Sixtina del siglo XXI". Kiki Berbel definió el mercado de San Agustín como el Gugeheim del siglo XXI, que manda güevos.

SGCI. dijo...

JA,JA,JA... Senator Kiki ha sido, es y será el nº1. El otro día en la cola de la caja del Metadona de Ancha de Capuchinos se pegó un estornudo brutal y la gente se descojonaba hasta que alguien le dijo "Jesús, Kiki" y ya fue el delirio.
¿No te recuerda Moratinos al albino de La Princesa Prometida?

Jesús Lens dijo...

Es increíble la capacidad de transmitir sensaciones de Barceló con su pintura. Alucinnate. Espléndida foto.

Anónimo dijo...

No me gusta Barceló. Lo siento, hay otros tipos de abstracción que me dicen algo. Éste hombrte no me dice nada. Me recuerda lo que decía Fonseré en "Dalíii" a propósito de Miró: "Pinta dos tomates, un trazo de azul y te lo paga la Caixa. Eso es el arte."
Rigoletto

Anónimo dijo...

esa obra de Barceló me parece una auténtica mierda

SGCI. dijo...

Rigoletto: la edición de Círculo de Lectores ilustrada por Barceló de La Divina Comedia es una gran obra (Dante aparte).
Jesús: yo también creo que está sobrevalorado.
Claro: no hay más remedio que imitar el gesto cuando entras en la Capilla. También se puede admirar el suelo, que es bien bonito...
Capitán Spaulding: pero no me negarás que es muy colorista...