lunes, 18 de mayo de 2009

SGCI 0132 TV18M - 09:03:54 - 180509

El Equipo de DEC.

Con este tipo de programas se produce el efecto contrario a lo que ocurre con los documentales de La 2. Nadie dice que los ve, pero (casi) todo el mundo lo hace. Sin embargo, tienen algo en común: la función social del programa en sí y la finalidad evasiva o formativa que persiguen los teleespectadores de unos y otros. Evadirse y/o (in)formarse. Hay quien abomina de unos y/u otros si bien hay seguidores de los programas de divulgación científica, cultural, técnica o histórica que lo son también de los espacios de divulgación, especulación y exhibición pública de las miserias del famosete que se deja apalear por el equipo y los colaboradores y se pasa las injurias y calumnias vertidas (con publicidad) en estos programas por donde el Coloso de Rodas se pasaba los barcos si a pesar de ello consigue una pasta para pagar la comunión de su niña o el abogado que lleva el tema de su movida con la parte contraria. Honor, intimidad personal o familiar tienen un significado diferente para esta fauna del que tienen para el resto de los mortales, aunque lo de mirar por su propia imagen lo llevan a rajatabla. Ni en el caso de los que miran la tele, ni en el de los que salen en ella hay contadicción alguna porque cada uno es cada cual con sus contradicciones, la curiosidad mórbida es consustancial al ser humano y el que la lleva la entiende. Normalmente el que proyecta su ego frustrado sobre el invitado o este último, que se lleva la tela, la entienden mejor.

Los viernes por la noche son un carajo enorme si lo que quieres es ver algo decente en la tele. Decente, que conste. La otra noche el presentador de DEC se salió del molde (por supuesto en casa estábamos haciendo zapin y pasábamos por allí). Envueltos en ese halo de rigor periodístico con el que se adornan la Patiño, el tal Gustavo, Mariñas y toda esa jodida panda de ___________ (fill the gap with the chosen word), trataban el tema de la separación de la Esteban y su Fran y de cómo influiría tal circunstancia en la inminente celebración de la comunión de Andrea. Cantizano suelta la pregunta de la encuesta del programa, a saber: "¿Deberían (ojo) reconciliarse Belén Esteban y Fran?" Respuesta de los espectadores según el presentador: "un 69% de nuestros televidentes desean (¡?) la reconciliación mientras que el 31% restante creen (??¡¡) que no tendrá lugar". Después de escuchar aquello y tratar de resolver por aproximación la incógnita del ser y de darle vueltas y más vueltas al mito de la cavena, mi señora y yo coincidimos en lo mucho que echábamos de menos los desfiles de ropa interior del programa de José Luís Moreno.

martes, 12 de mayo de 2009

SGCI 0131 LR12M - 13:44:11 - 120509

Antonio Vega Tallés (Madrid 1957-Madrid 2009).

Llevaban haciéndole conciertos y discos homenaje casi 20 años. Ha muerto con 51. Quizás lo necesitara para seguir viviendo y componiendo o se lo proponían y no sabía decir que no. Quién sabe si eran él u otros los que necesitaban el regreso de Nacha Pop, v.g. Quién sabe si se exponía o lo exponían. Quién sabe... A mi me da que sólo necesitaba seguir haciendo música. Nada más. Ni shows en playback ni conciertos. Ni recordemos la Movida, ni a Ramoncín, la SGAE y todos sus muertos dándole palmaditas en la chepa, qué grande eres (has sido), Antoniovega, que estás listo de papeles y nosotros aquí, contigo (o de ti).

Lo recuerdo como un muchacho de apariencia interesante y hasta guapetón. Sus seguidores le definen como un poeta, un creador lúcido, transparente en sus sentimientos a pesar de su personalidad introvertida. Desde su refugio interior, autor de algunas de las más bellas canciones de la Historia de la músia popular española. Unas melodías en las que dejarse mecer y arrullar por las mismas letras que las acompañaban y que décadas después siguen destilando melancolía, recuerdos de verdad y de mentira; mapas emocionales y cartografía de experiencias que leíamos, escuchábamos, interpretábamos y hacíamos propias. Eran de Antonio Vega, el artista, el bohemio, el tímido de aspecto delicado y frágil. Era la tenue luz que iluminaba los rincones más secretos y oscuros del joven Antonio Vega y que a todos deslumbraba.

Por eso prefiero recordar esa imagen. Jamás le pedonaré a la Bosé que lo sacara hecho polvo recostado en un sofá para disimular lo que la enfermedad y la depresión estaban haciendo de él; los pelos ralos, ese vestuario que no era el suyo, la muñeca a punto de crugir por el peso del micrófono, desdentado, escapándosele el aire por las encías al cantar... Qué puesta en escena, qué complicidad, qué intimidad, qué a gustito que estábais ahí los dos... Me cago en tu puta estampa, don Diablo.

lunes, 11 de mayo de 2009

lunes, 4 de mayo de 2009

SGCI 0128 EM04M - 09:54:23 - 050409

Madrid. 2 de mayo.

Del Cuartel y antiguo Palacio del duque de Monteleón (Parque de Artillería en 1808) no queda hoy día más que el arco de la puerta, reconstruido piedra a piedra en la Plaza del Dos de Mayo de Madrid, lugar que ocupó entonces el Convento de las Maravillas. Numerosas plazas y calles de toda España hacen memoria de los Capitanes de Artillería Pedro Velarde y Luís Daoiz. Hay en ellas estatuas de sus figuras y placas que recuerdan a los héroes del 2 de mayo; incluso los leones de la Puerta de San Gerónimo de las Cortes llevan sus nombres.
Por eso prefiero creer que la Presidenta de la Comunidad en una ocurrencia la mar de espontánea se prestó para auxiliar a Olvido Gara con un problemilla que la artista disfrazada de travesti tuvo con uno de los tirantes del suty, y darles tres cuartos a aquellos que aseguran (quizás la cara de cachondeo de la cantante de Fangoria pueda haber inducido su error) que en realidad lo que Espe manipulaba era la Gran Cruz de la Orden del 2 de Mayo con la que en ese momento distinguía a una Manuela Malasaña de nuestro tiempo.