viernes, 6 de mayo de 2011

SGCI 0205 VI06M - 10:25:43 - 050611

Una vez tuve un sueño. En él aparecía ella recostada en una chaise-longue estilo Imperio tapizada en terciopelo púrpura. Tocaba la guitarra y cantaba The eye of the tiger, aunque la voz que se escuchaba era la de Chiara Mastroianni...
Esto se ha acabado. De hecho, esta entrada no debería existir si no fuera por la anterior. Puestos a ver cada día en el mosaico del top sites del Mac (ahí se va a quedar) una fotillo ilustrando la primera página del blog, mejor una de Cristy Turlington que una del triste de Llamazares con la pegatina del no a la guerra (que la guerra es mu perra). Tampoco estaría mal una imagen de Pippa, sonriente, blanca y radiante va la hermana de la novia. Supongo que quien se tropiece con el sitio también lo agradecerá. Otra opción era María Antonia. Habría sido una despedida a lo grande. La pequeña gran María Antonia. Queda pendiente hasta mejor proveer -quizás en otro tiempo y en otro lugar- un cantar de gesta de las fazañas o exemplos de la Mala Hostia Personificada. Tamaño resentimiento en tan exiguo espacio es prodigioso. Tengo el comienzo de la primera rapsodia: From the mist of battle's smoke, emerges the embodyment of Evil Empire... No es mío; es de un póster con la imagen de Darth Vader que tenía en mi cuarto de adolescente. Sin duda me marcó. La foto y el rimbombante texto (lo recuerdo tal cual; es posible que esté mal escrito). A fin de cuentas, uno es lo que ha leído, visto, vivido...
Si has sido lector habitual -en realidad siempre he contado con 8 ó 9 lectores ocasionales, tirando por lo alto- estarás de acuerdo conmigo en que aquí se ha escrito mucha pamplina, pero también alguna que otra cosilla, si no brillante, más o menos divertida e ingeniosa.
La entrada más curiosa fue la del relato de las 200 palabras de Novelpol. Tiene su historia. La Asociación de Novela Policíaca convocó un concurso. Se trataba de construir un relato negro-policíaco con tan sólo 200 palabras. El mío lo titulé "El espejo" y pretendía esconder una trampa sobre la identidad (de sexo) del asesino. Lo envié y esperé el fallo del jurado. Había nivel. Finalizado el plazo de presentación, a cada relato le asignaron un número de dos cifras (no lo entendí entonces). Anunciaron el ganador: el relato cuyo número coincidiera con las dos últimas cifras del sorteo de los ciegos del día tal. Tócate.
Sigue tocándote cuando veas en la columna de la derecha cuál es la entrada más visitada. Será por la foto, porque no creo que a nadie le interese lo más mínimo lo que hay escrito debajo. Curioso el top ten de los fieles. Espero que desaparezca de él más de una entrada con la que ni siquiera merece la pena perder el tiempo. Obvio aclarar que mi lista sería bien distinta. Te invito, querido lector, a configurar la tuya. (En este momento se oye un ruido sordo; es la invitación cayendo en saco roto y escapando por el siete abierto en la arpillera).
Al principio, el blog tenía un tono aburridamente aséptico. Poco a poco me fui viniendo arriba hasta meterme en unos charcos algo incómodos. La verdad es que no disfruté aquella época. Sí lo hice cuando escribí los liblogs (v.g.), las fictitious bands (v.g.) y la del concierto aniversario del Loop, con la foto de los Fanfarlo, que al final no llegaron por la nube del volcán. En la etiqueta "personal" no me explico cómo aún hay tantas entradas. Por pudor o por vergüenza debí borrar algunas aunque también están las más divertidas. En "peluca, trompeta y nariz colorada" hay algunos de los posts que más juego han dado. Siempre pensé que no era necesario advertir de que lo que escribía o comentaba no tenía que coincidir necesariamente con lo que pensaba. Para eso tienes un blog y un puñado de lectores inteligentes; para hacer con él lo que quieras y escribir lo que te dé la gana, sea o no lo que realmente piensas. La entrada que pasó más desapercibida en comparación con mis expectativas fue la de ZP y Merkel en "Minimum-Maximum"; casi nadie estableció la relación entre el disco de los Kraftwerk, la foto y la situación económica de los dos paises. En mi opinión, el mejor post es el de los honores militares que recibieron los van Uhm. La peor entrada, la penúltima, sin duda. La que tiene más comentarios - la friolera de 14-, la que le dediqué a mi amigo W. La más elaborada, la del famoso mapa.
Nunca he puesto hipervínculos de acceso directo. Creo que es una molestia que el lector debe tomarse el bucear por las etiquetas y entradas y descubrir el contenido. Además; la misma palabra me parece de una desmesura de muy mal gusto: hipervínculo. No obstante, creo que en esta ocasión es justo y necesario servirse de su innegable utilidad y por eso hay palabras que aparecen destacadas en naranja (por si consideras justo y necesario servirte de su innegable utilidad y pinchar sobre ellas).
El blog sigue teniendo la vertiginosa cifra de 15 visitas diarias desde lugares en ocasiones sorprendentes. El Analytics me avisa de que últimamente los lectores pinchan directamente en una etiqueta y se leen muchas de las entradas de cada una de aquellas, siendo "personal" la que más éxito de crítica y público está cosechando, seguida muy de cerca por la de "arte". Puede que alguien se esté interesando por lo que en su día se publicó, o que alguien busque la foto que sale en las imágenes del Google. Por cierto; la única vez que me han denegado el permiso para subir una foto al blog fue desde la Agencia EFE; una instantánea tomada por Chema Moya en la que Manzanares hijo cortaba la coleta a Manzanares padre. Como homenaje al SGCI la llevaré a revelar en 20x40, la enmarcaré y la colgaré en un lugar discreto de la pared del gabinete.
Quizás al principio un poco, pero nunca me interesó demasiado cuántas personas leían el blog, ni mucho menos ampliar el número. De hecho, creo que algunas de las personas más cercanas a mí ignoran o han olvidado que esto existe. Tampoco fue nunca algo que me tomara muy en serio. El blog y su contenido, digo; no hay más que leer el perfil que escribí para el SGCI. El secreto del éxito en la blogsfera reside al principio en darte a conocer en cuantos más blogs mejor, dejando comentarios amables y aduladores en los sitios ajenos y escribiendo luego en el tuyo lo que los visitantes quieren leer; mamoneo puro y duro. La calidad en ocasiones poco importa aunque si quieres mantenerte arriba debes conservar tu capacidad de sorprender. Y ya si eres progre (o te lo haces), tus entradas sobre cuestiones políticas se celebran lindando el paroxismo. En cambio, si propones un punto de vista discrepante con el de la progresía -dueña y señora del espectro bloguístico- eres un facha casposo. Mi afán de gustar y ser deseado lo reservo para empresas más elevadas y provechosas, lo mismo que mi constancia. También contribuyen las prontas actualizaciones y la autopromoción: llamar la atención sobre lo que publicas a través de links en las redes sociales. Lo he hecho cuando el proyecto estaba tieso y a causa de una entrañable serendipia. Puede que lo haga una última vez, por si alguien quiere despedirse. O para despedirme yo de mi criatura, a la que he dejado morir poco a poco. En cuanto a la moderación de comentarios, absolutamente nadie puede decir que un comentario suyo no haya sido publicado o haya sido censurado después de habilitar esa opción.
En líneas generales puede decirse que ha estado bien la experiencia. Ha habido épocas en las que he estado más motivado y otras en las que he retomado la costumbre de escribir aquí más porque alguien me lo ha pedido (tienen su post dedicado -v.g. el del sindicalista liberado-) que por convicción. Y ya ni me gusta, ni me entretiene, ni me distrae, ni me río, ni me aflora el ingenio, ni me motiva... y es probable que ni haya gente con curiosidad por leerlo. Sólo me queda releer de vez en cuando lo que escribí en su momento, detenerme en aquellas entradas que más me divierten o me llaman la atención y recordar cuándo y a santo de qué venía escribir aquello... Agradezco a los escasos seguidores su fidelidad y lo que he aprendido de ellos estos años. Me despido con unas palabras del Maestro Lapido que quizás encierren el espíritu de El silencio del espacio:

Antes de morir de pena,
brindaremos por nuestros fracasos.

Antes de firmar la tregua,
gastaremos la munición.

Antes de cambiar de idea,
cumpliremos el contrato.

Antes de morir de pena,
solos tú y yo,
nos reiremos un rato.

A N.
A los demás.
All my lovin', nai, nonai, noná.
Granada, 6 de mayo de 2011.

6 comentarios:

Alberto Granados dijo...

He revisado tus enlaces y creo que soy uno de los de la progresía militante que ha chocado contigo montones de veces.
También creo ser de los fiels hasta el último día...
Si vuelves, avisa.

Un abrazo,

AG

SGCI. dijo...

Se agradecen ambas cosas. Espero que hayamos podido avanzar en alguna que otra cuestión. Si no, no habrá servido de nada ni escribir ni comentar ni replicar.
Un abrazo.
P.E.

Sr.D dijo...

Ay... Pues mira tú que no me sorprende nada de nada. Confieso además que yo era de los que me asomaba por aquí dos, tres veces al mes para ver si actualizabas y ya olía. Ya ni me acuerdo cuando chapé el mío. Creo que en esta era del desencanto ya ni procede el compartir... ¿nada?. En todo caso, echaré de menos leerte (porque es un placer leer, hoy día, a alguien que se exprese correcta y llanamente) y compartir un trocito de tu mundo y, sobre todo voy a echar de menos (que para algo mi ego es más grande que la Catedral de Santiago y La RHDP, juntos) el que no me hayas dedicado una entrada... ¡Cuídese!.
PD: lo de moderar los comentarios fue siempre un coñazo supino...

SGCI. dijo...

Ya digo, puede que en otro tiempo y en otro lugar...
Ps: la VHDP es insuperable de grande que es la VHDP.

SGCI. dijo...

Kissimee... bonito nombre para una una ciudad.

prestiti inps dijo...

Me ha encantado, inspirado y emocionado. "Antes de morir de pena, solos tù y yo, nos reiremos un rato". Es estupendo este final que simboliza el hecho de luchar por defender nuestros porpios principios. Un abrazo. Sara M.