lunes, 12 de julio de 2010

SGCI 0182 PEM12J - 09:55:55 - 071210

Si no hay por lo menos cuarenta vecinos peritando la instalación de la bandera no hay ninguno. 50 metros cuadrados de tela ondeando entre los bloques 5 y 7 a casi 40 metros de altura, amarrada a las pérgolas de los áticos de J.M. y M. por medio de un ingenioso sistema similarmente igual al de las cuerdas de tender la ropa, con sus poleillas para que la cuerda corra y en caso de que La Bandera se enrolle sobre sí misma poder recogerla y presentarla correctamente. Esto último ocurre en varias ocasiones, y cada vez que logran desplegarla, suena el himno de España (loo-loo, looooo-looooo...) y los vecinos se abrazaban, emocionados. Las pantallas colocadas en el ambigú de la piscina y la Shakira y el Bisbal sonando en el estéreo dan ambientillo al baño vespertino: coreografías de aquagym a ritmo del (insufrible) waka-waka y padres con sus bebés jugando y dando saltitos en la parte del vaso donde el agua no cubre. Reunión en la cumbre en el yacusi y muchas banderas nacionales y camisetas de la selección. Y nuevamente La Bandera que se enrolla con el aire y otra vez que se despliega con el loo-loo, loooo-looooo... Mucha motivación en la previa; como los putos tulipanes nos manden para la Venta del Nabo, verás.
J.M. baja a la piscina y en seguida se forma un corrillo en torno a él. Es capitán de Aviación en la Base Aérea y no ha dudado en sisarse la bandera para deleite y exaltación patria de la hinchada de la urbanización. Todo un personaje, simpático y bastante hablador, y eso que es algo tartaja y tiene frenillo. Es bajito pero fortote, un G.I. Joe con el pelo canoso cortado a cepillo. Al pequeño J.M. jr. lo tiene bien entrenado -en 7 minutos nos vamos para arriba; quedan 2 minutos...- pero es muy atento y puedes dejar tranquilamente a tu criatura en los columpios si está él. Un tío que está pendiente y además controla. Cada equis tiempo se marcha en misión humanitaria al extranjero, últimamente a Afganistán.
Cuenta la leyenda que en una de esas, cuando J.M. aún era teniente y ZP todavía no había irrumpido en nuestras vidas ni había tomado su primera decisión como gran estadista y líder mundial, estando en la cantina de la Base España en Diwaniya (Irak), un grupo de oficiales con medio pedal en lo alto hacían coñas de todo aquel que entraba a tomarse una birra después del servicio. J.M. había tenido un día muy jodido y no estaba para chanzas. Ni para veras. Uno de los oficiales (un mamón con mucho apellido en el Ejercito Español y mucha chulería) hizo un comentario acerca de lo recortado en el tipo de (mi vecino) J.M. a lo que éste contestó bastante serio que él podía ser mu chiquitillo, pero que tenía muchos cojones. El otro, viniéndose arriba, respondió que lo primero saltaba a la vista, pero que lo segundo habría que verlo. Y efectivamente. El pobre imbécil fue lo último que vio, al menos con su ojo derecho, durante más de tres meses, los mismos que estuvo sin poder pronunciar correctamente la palabra aserradero.

4 comentarios:

Sr.D dijo...

Vale...
Ahora lo entiendo. Y le prometo que cuando me hablaba usted de una "gran bandera" no podía imaginar que se tratase de una "GRAAAAAAAN BANDEEEERAAAA".

PD: le robo la foto y la "re-posteo"...

SGCI. dijo...

Sepa que es usted la única persona que ha visto a J.M. metido en faena (el mal rato que estaría pasando el buen hombre) e incluso puede que lo conociera de antes.

Sr. D dijo...

Bueno, ya le dije que del todo no lo afirmaría, aunque mi señor padre "fijísimo" que le conoce...
El gran error, no obstante, de todo esto, es que no propusiesen ustedes colecta para hacerse con ella y ubicarla ahí de modo definitivo.
Aunque claro, igual acababa convirtiéndose en lugar de peregrinación... tipo "Ambiciones" y tal... Familias haciéndose fotos en la puerta, autobuses estacionados frente a la entrada, japoneses recogiendo vídeos con sus teléfonos móviles de "ultimísima" generación...

Casi que no, casi que mejor haberla recogido.

SGCI. dijo...

Pues ha habido gente que ha pasado por la puerta y la ha visto y luego ha vuelto para entrar y contemplarla en su enorme magnitud. Gente que subía la cuesta desde la cancela de la entrada de rodillas...